En este artículo os voy a hablar un
poco de las necesidades nutricionales que tenemos a la hora de
practicar uno de los deportes invernales como es el esqui alpino.
Es fundamental, para el esquiador, una
dieta equilibrada en calidad y cantidad. Con esto, podemos optimizar
nuestro resultado deportivo y evitar las indeseadas lesiones o
sobrecargas musculares, teniendo así buena recuperación.
En la práctica de este deporte, nos
podemos dar cuenta que requiere de gran resistencia y fuerza física,
añadiendo que las condiciones meteorológicas, cambios de
temperatura u estrés ocasionado por el mismo deporte, aumenta las
necesidades de energía y nutrientes.
El esquí alpino, como deporte que se
practica en altura y en condiciones climáticas de frio requiere de
una serie de recomendaciones para su práctica deportiva:
- Tomar hidratos de carbono en cantidad
importante
- Evitar alimentos grasos y fritos
desde la víspera.
- Comer aunque no haya apetito.
- Asegurar una buena hidratación
durante la práctica.
- Preveer tentempié durante la
práctica.
- En caso de que acuse el frio, tomar
alimentos calientes para combatirlo.
Las condiciones climáticas en la
montaña se deben de tener en cuenta en la dieta de aquellas personas
que practiquen este deporte.
Para el buen esquiador, el desayuno
tiene que ser la comida mas importante del día. Nos levantamos
después de muchas horas de ayuno y tenemos que reponer el cuerpo de
nutrientes para la jornada de esquí que nos espera. Este desayuno
debe ser completo, eso quiere decir que incluiremos:
- Hidratos de carbono: Pan, tostadas,
cereales, galletas.
- Proteínas: Leche, yogur, queso,
fiambre/carne magra (pavo, jamon serrano...)
- Vitaminas/Minerales: Una pieza de
fruta, zumo.
- Grasas: Aceite de oliva, frutos secos
o un poco de margarina/mantequilla.
Como ejemplo de desayuno:
Zumo de
naranja + Café con leche + Tostada con aceite de oliva y tomate con
2 lonchas de jamón serrano.
El esquiador quiere aprovechar las
máximas bajadas posibles en buenas condiciones, pero para que esto
sea posible, cuando pasen 2-3 horas, que sería a mitad de jornada,
debemos hacer un pequeño descanso para recuperar energía con un
tentempié y así evitar la fatiga y seguir en plenas condiciones.
Una buena opción para ello son las barritas energéticas que no nos
ocupan espacio para llevar encima o un sandwich. Nos tiene que
aportar energía pero a la vez ser ligero para seguir con la práctica
deportiva. Éste tentempié se puede acompañar con bebida caliente o
isotónica.
Cuando acaba la jornada, llega una
parte muy importante en el día: La recuperación.
Para que no pase mucho tiempo desde que
se termina de esquiar hasta la hora de cenar, se puede optar por
cenar antes, esto es, hacer una merienda-cena.
La cena para el esquiador es de gran
importancia, los músculos han agotado el glucógeno y es hora de
reponer las reservas con alimentos ricos en hidratos de carbono y en
proteínas para promover la síntesis de proteínas, evitando así
lesiones musculares y sobrecargas.
Ejemplo de merienda - cena: Ensalada de
pasta ó Arroz con verduras + Filete de carne magra o pescado + fruta
o yogur.
Como último punto, no por ello menos
importante, y que no debemos olvidar, es la hidratación.
En el esquí alpino, como en otros
deportes de invierno, consumir suficiente liquido en entornos fríos
y de elevada altitud presenta desafíos únicos que deben de tenerse
en cuenta para asegurar un estado de hidratación adecuado. Beber
poca agua o perder demasiada a través del sudor puede limitarnos a
practicar nuestro deporte favorito a un máximo rendimiento.
Es importante beber antes de tener la
sensación de sed, ya que cuando el cuerpo nos avisa es demasiado
tarde, ya estariamos empezándonos a deshidratar.
Con todo esto, ahora solo nos toca
disfrutar de estos grandes días que nos ofrece este deporte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario